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A lo largo de nuestra trayectoria profesional, nos hemos enfrentado a verdaderos retos de limpieza al intervenir en viviendas de personas afectadas por el síndrome de Diógenes o en casos de fallecimiento violento o de personas solas. Son situaciones muy difíciles para los familiares que debemos resolver con la máxima eficiencia, rapidez y, sobre todo, discreción.
El síndrome de Diógenes es un trastorno psicológico que lleva a la persona afectada a acumular objetos de forma enfermiza y exagerada. Son viviendas a rebosar de todo tipo de cosas: muebles, electrodomésticos, cajas, botellas, libros, bolsas, alimentos…
La propia acumulación favorece la suciedad y la aparición de plagas, hongos… Si además se convive con animales, la situación se complica aún más. A la larga, el aire pierde salubridad, el mal olor se convierte en hedor… Muchas veces son los vecinos los que acaban dando la voz de alarma.
Situaciones similares se presentan ante un fallecimiento violento o de una persona que vivía sola. En casos delictivos, intervenimos una vez finalizado el trabajo policial y judicial. Cuando fallece una persona sola, atendemos a los familiares en un momento especialmente difícil.
Cuando recibimos una llamada solicitando nuestra intervención en una vivienda que requiere ‘limpieza extrema’, nos ponemos en marcha con una prioridad: la discreción. Visitamos la vivienda con vehículos sin rotular y sin ningún distintivo que nos identifique como miembros de una empresa de limpieza. Para la retirada de enseres, utilizamos vehículos con la capacidad de carga adecuada o contenedores de obra, según el caso.
Nos citamos en la vivienda con el/la cliente/a y definimos el trabajo a realizar. Si la vivienda se va a destinar a la venta y es probable que se reforme, podremos ahorrarnos pasos del proceso y dinero. Si el objetivo es volver a habitar la vivienda de inmediato, hay que extremar la limpieza y desinfección.
El estado de la vivienda y la cantidad y tipos de enseres a desalojar influirán en el coste de la intervención.
Una vez definido el servicio, se presenta presupuesto. Tras su aprobación, nos ponemos manos a la obra.
Advertimos al cliente para que retire los enseres que quiera conservar ya que, una vez que entramos en la vivienda, todo lo que encontremos se destinará a reciclaje por un gestor autorizado, según la normativa vigente en todo momento.
El primer paso es la desinfección total de la vivienda. Con todas las ventanas y puerta principal cerradas, aplicamos nebulizadores de producto que acaba con todo: virus, bacterias…
Dejamos actuar 24 horas. Después, ventilamos perfectamente antes de continuar con la limpieza.
Diferenciamos entre dos tipos de enseres: los elementos voluminosos y los electrodomésticos.
En el primer grupo englobamos muebles, enseres variados, calzado, ropa… Estos elementos se llevan a las instalaciones de un gestor autorizado para su reciclaje, donde serán clasificados y eliminados conforme a la normativa vigente. Los electrodomésticos se llevan a un garbigune o punto verde.
Si encontramos otro tipo de residuos (líquidos, contaminantes, tóxicos…), su reciclaje se gestionará con un gestor autorizado de 'resiudos peligrosos', siempre conforme a la normativa vigente.
Una vez despejada la vivienda, procedemos a su limpieza a fondo, utilizando maquinaria, utensilios y productos industriales. Nos empleamos especialmente en cocina y baños, y limpiamos absolutamente todo: puertas, ventanas, con sus cristales y persianas, rodapiés, rincones difíciles…
Esta limpieza exhaustiva es imprescindible si se quiere volver a habitar la casa de inmediato. Si, por el contrario, la intención es poner la casa a la venta y se prevé que sea sometida a reforma, podemos ahorrarnos este paso.
Tras el desalojo y limpieza, procedemos a aplicar ozono para eliminar el mal olor y recuperar la calidad del aire de la vivienda.
Una vez terminado el servicio, la vivienda queda completamente vacía, limpia y con un aire totalmente sano, lista para volver a ser habitada.
Antes y después en una de nuestras intervenciones de limpieza por síndrome de Diógenes.
Después de la desinfección inicial y tras esperar 24 horas, procuramos no tardar más de dos días y pasar lo más desapercibidos posible.
También realizamos limpiezas extremas en locales, aunque estos casos no son tan delicados ya que no suelen estar relacionados con personas con problemas psicológicos.
Normalmente la situación se reduce a una acumulación excesiva de enseres y/o residuos, a menudo por permanecer cerrado durante mucho tiempo el local. Hay suciedad, puede haber plagas y el aire puede estar igualmente viciado.
El procedimiento para la limpieza extrema de locales es similar: desinfección total inicial, desalojo de enseres y residuos, limpieza a fondo y recuperación de la calidad del aire.